Las alubias blancas con acelgas son un plato tradicional que nunca pasa de moda.
Este guiso, lleno de sabor y propiedades nutritivas, es perfecto para los días en los que apetece una comida reconfortante y saludable.
Las alubias blancas con acelgas son ricas en fibra, proteínas y vitaminas, siendo una opción ideal tanto para quienes disfrutan de la cocina casera como para aquellos que buscan incluir más legumbres y verduras en su dieta.
Además, su preparación es sencilla y el resultado es un plato lleno de aromas y texturas que encanta a todos.
No hay duda de que las alubias blancas con acelgas son una receta imprescindible en cualquier hogar.
INGREDIENTES DE LA RECETA
- 400 gr de alubia blanca
- 1 manojo de acelgas frescas
- 4 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón
- Media cucharadita de comino
- Pimienta negra recién molida
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE ALUBIAS BLANCAS CON ACELGAS
La noche anterior dejaremos las alubias en remojo con abundante agua, es muy importante que sea una buena cantidad, para que a la mañana siguiente aparezcan aún sumergidas.
En una olla grande ponemos agua limpia a calentar y añadimos las alubias.
Dejaremos cocer hasta que estas estén tiernas.
Si fuese necesario poner un poco más de agua, porque vemos que nos quedamos sin ella, podemos hacerlo, añadiendo agua fría según necesitemos.
Mientras lavamos bien las hojas de acelga y las troceamos.
Cuando las alubias estén tiernas incorporamos también las acelgas, al agua de cocción y cocinamos hasta que se integren bien, entre cinco y seis minutos, será suficiente, para que se hagan las acelgas, apagamos el fuego y reservamos.
En una sartén grande ponemos un poco de aceite a calentar y añadimos el ajo bien picadito, rehogamos hasta que empiece a tomar color.
Retiramos la sartén del fuego, añadimos el comino, el pimentón y le damos unas vueltas para que se cocine un poco, pero con cuidado, porque el pimentón se quema con mucha facilidad.
Enseguida añadimos las alubias con las acelgas que habíamos reservado al sofrito, y volvemos a poner en el fuego.
Es muy importante, que primero observemos la cantidad de caldo que ha quedado de la cocción, si es demasiado, retiramos hasta que se quede a nuestro gusto.
Ponemos sal y un poco de pimienta negra recién molida al gusto.
Rehogamos todo junto, durante un par de minutos, para que se integren bien todos los sabores. Pasado ese tiempo ya podremos servir caliente.
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