El puerro puede ser un desconocido para algunos, pero por la manera en que enriquecen las recetas bien vale la pena probarlos. Por eso nosotros los apreciamos no solo por sus apreciados valores culinarios, sino por otros valores de los que no tendremos que preocuparnos, como son las calorías, grasas o sodio que prácticamente son cero.
Además ya has visto en nuestra imagen, algunas de las fantásticas propiedades que tienen los puerros.
Así que si no los has probado o no los incluyes habitualmente en tu cocina, es un momento perfecto para empezar a contar con ellos.
Elige bien
Los puerros son como chalotas gigantes, con los tallos blancos y las hojas planas y verdes. Selecciona aquellos que se vean húmedos, crujientes y sin marcas. Para obtener mejores resultados al cocinarlos procure que sean más o menos iguales de diámetro y que no sean muy gruesos.
Las hojas secas son una señal de que han estado guardados demasiado tiempo. Los tallos hinchados indican que podrían estar duros.
Algunos trucos de cocina
Cómo sus hojas pueden tener arena, hay que lavarlos antes de cocinarlos, así que será más fácil si haces trozos pequeños, los pones en un colador y los lavas bien debajo del chorro del grifo.
Cuando utilice el puerro entero para asarlo o hervirlo, recorta y abre las hojas para sacarles la arena.
Disfrutando más…
Tienes que probarlos preparados de diferentes maneras para descubrir cual te gusta más. Piensa que el puerro picado o en rodajas puede sustituir a la cebolla, así que las posibilidades para consumirlo y aprovechar sus ventajas son infinitas.
Aquí tienes algunas sugerencias:
Hierve los puerros abiertos por medio, unos 8 minutos y ponlos a marinar en una vinagreta con hiervas. Sirva frio como primer plato, ensalada o guarnición.
Hierve los puerros y sazónalos con quesos, mostazas o hiervas.
Hierve hasta que estén tiernos y hazlos puré. Sírvelo caliente como primer plata antes de una buena carne asada.
Delicioso y verdaderamente sano. A que estás esperando?