Aprende a preparar yogur cremoso sin yogurtera con esta receta casera fácil, práctica y sin complicaciones.
Ideal para quienes buscan disfrutar de un yogur natural, saludable y personalizable en casa.
Con solo unos pocos ingredientes, podrás lograr una textura cremosa y un sabor delicioso.
Sigue estos pasos detallados y sorpréndete con el resultado: un yogur cremoso sin yogurtera con nuestra receta casera que puedes endulzar, espesar o combinar con frutas y miel para hacerlo aún más irresistible.
Perfecto para toda la familia y sin necesidad de máquinas especiales.
INGREDIENTES DE LA RECETA
- 1 litro de leche entera (preferiblemente fresca, pero la pasteurizada también sirve)
- 1 yogur natural (sin azúcar, que actuará como fermento)
- 3 cucharadas de leche en polvo (opcional, pero ayuda a que quede más cremoso)
- 2-3 cucharadas de azúcar (opcional, si lo quieres un poco dulce)
- Esencia de vainilla o miel (opcional para dar sabor)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE YOGUR CREMOSO CASERO
Vierte el litro de leche en una cacerola y caliéntala a fuego medio hasta que alcance unos 85°C.
Si no tienes termómetro, retira la leche del fuego cuando veas que empieza a formar burbujas en los bordes, pero sin que llegue a hervir.
Deja que se enfríe hasta unos 45°C. Si no tienes termómetro, la temperatura ideal es cuando puedes meter el dedo y aguantarlo unos segundos sin quemarte.
En un bol, mezcla el yogur natural con la leche en polvo (si la estás usando) y un par de cucharadas de la leche tibia. Remueve bien para que no queden grumos.
Añade esta mezcla al resto de la leche tibia y remueve hasta que esté bien integrado.
Vierte la mezcla en un recipiente de vidrio o plástico con tapa.
Tapa el recipiente y envuélvelo con una toalla o trapo grueso para mantener el calor.
Coloca el recipiente en un lugar cálido. Algunas ideas son dentro del horno (apagado) o cerca de un radiador. Lo importante es que la temperatura se mantenga entre 35-45°C.
Deja reposar de 8 a 12 horas o hasta que la mezcla haya cuajado y tenga la textura de yogur.
Una vez cuajado, mete el yogur en la nevera durante al menos 4 horas antes de consumirlo para que termine de asentarse y esté más cremoso.
Si prefieres un yogur más espeso tipo griego, cuélalo usando una gasa o paño fino para eliminar parte del suero.
Puedes endulzarlo y añadir sabores como miel, frutas o mermelada justo antes de servirlo.
Ya tienes tu yogur casero y cremoso sin necesidad de yogurtera.
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