Rabas empanadas crujientes el secreto de la abuela María
Si hay algo que alegra una mesa en familia son unas buenas rabas empanadas crujientes. Esta receta la aprendí hace más de cincuenta años, cuando aún cocinábamos con brasas y paciencia. No hay mejor forma de disfrutar del mar que con unos calamares tiernos por dentro y con esa capita dorada y crujiente que hace “crack” al morder. Y créeme, el secreto no está solo en el pan rallado, sino en el cariño con que se hacen.
Las rabas empanadas crujientes son de esas recetas que no fallan nunca: gustan a grandes y chicos, se preparan rápido y tienen ese toque casero que recuerda a los veranos de antes, cuando toda la familia se reunía en la terraza y el olor del mar se mezclaba con el del aceite caliente. Son un clásico del tapeo español, pero con mi toque, te aseguro que salen más sabrosas que en cualquier bar.
Lo que hace especial esta receta es que los calamares quedan tiernos, nada gomosos. Y el empanado, si se hace bien, mantiene su crujido incluso después de enfriar un poco. Por eso me gusta compartir todos mis trucos, para que tú también consigas ese resultado perfecto.
Además, son tan versátiles que se pueden servir con un buen alioli, una mayonesa casera o un chorrito de limón. Y si las acompañas con una cerveza bien fría o un vino blanco fresquito, ya tienes un aperitivo de lujo.
Así que ponte el delantal y sigue mis pasos, que hoy vas a aprender a preparar unas rabas empanadas crujientes como las de la abuela María, de esas que huelen a casa y saben a buenos recuerdos.
Rabas empanadas crujientes el secreto de la abuela María
Descubre cómo preparar rabas empanadas crujientes con la receta tradicional de la abuela María, tiernas por dentro, doradas y crujientes.
Ingredientes de la receta
- 600 g de calamares limpios y cortados en anillas
- 2 huevos
- 150 g de pan rallado fino
- 50 g de harina de trigo
- Sal al gusto
- Pimienta negra molida
- Aceite de oliva suave o de girasol para freír
- Limón para acompañar
Tiempo de preparación:
Tiempo de preparación: 10 minutos
Tiempo de cocinado: 15 minutos
Tiempo total: 25 minutos
Preparación paso a paso de las rabas empanadas crujientes
Limpia bien los calamares si no los has comprado ya preparados. Seca las anillas con papel de cocina, porque si quedan húmedas, el empanado no se pegará bien.
Salpimienta ligeramente las anillas. Este paso parece pequeño, pero marca la diferencia en el sabor final.
Pasa cada anilla primero por la harina, sacudiendo el exceso, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Para un empanado más crujiente, puedes repetir el paso del huevo y el pan rallado.
Calienta abundante aceite en una sartén amplia. El aceite debe estar caliente pero no humeante (unos 170 °C).
Fríe las rabas empanadas en tandas pequeñas, para que no baje la temperatura del aceite. Dales la vuelta para que se doren de forma uniforme.
Sácalas a un plato con papel absorbente, deja que escurran un poco y sírvelas recién hechas, con unas rodajas de limón o una salsita casera.
💡 Consejos de la abuela para que las rabas empanadas queden perfectas y crujientes
Secar bien los calamares antes de empanar es fundamental. Si tienen agua, el empanado se despegará.
No frías demasiadas a la vez, o el aceite se enfriará y las rabas quedarán grasientas.
Usa pan rallado fino y seco, y si puedes, mezcla un poco de panko para un resultado extra crujiente.
Fríe y sirve al momento, así conservarán todo su crujido.
Con qué acompañarlas
Las rabas empanadas crujientes combinan de maravilla con mayonesa, alioli casero, salsa tártara o simplemente un chorro de limón fresco.
Por supuesto con un buen pan crujiente casero.
Para beber, lo ideal es un vino blanco frío o una cerveza ligera.
De postre nunca viene mañ una bola de helado casero.
Cómo conservarlas
Si te sobran, guárdalas en un recipiente hermético y mételas en la nevera hasta 2 días. Para recalentarlas, colócalas en el horno unos minutos a 180 °C: volverán a quedar crujientes como recién hechas.
Variantes de la receta
Puedes preparar las rabas empanadas crujientes al horno, rociándolas con un poco de aceite de oliva. No quedarán tan doradas, pero serán más ligeras.
Si te gusta experimentar, añade ajo en polvo o perejil seco al pan rallado.
Para una versión más gourmet, usa calamar fresco de potera: su textura es inigualable.
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