Un plato de legumbres y verduras súper nutritivo a la vez que sabroso, ideal para los días de frío. Una receta muy completa, rápida de hacer y económica para comer bien y saludable.
La noche anterior, dejamos los garbanzos en remojo en abundante agua.
Por la mañana han de quedar aún sumergidos, es muy importante que no les falte agua.
Tiramos el agua de remojo y lavamos bien nuestros garbanzos.
En una olla ponemos agua limpia a calentar y cocemos los garbanzos, hasta que estén tiernos.
Agregamos las espinacas y dejamos que se cuezan en el vapor, hasta que se integren, esto solo nos va a llevar unos minutos.
Con un vaso, cogemos agua de esa cocción y reservamos.
Pasamos los garbanzos y espinacas por el escurridor y también reservamos.
Mientras, podemos cocer la quinoa.
Ponemos una taza de agua a calentar, cuando comience a hervir añadimos 1/3 de taza de quinoa.
Con esa cantidad será suficiente para esta receta.
Cuando se esté quedando casi sin agua apartamos del fuego y reservamos.
En una sartén grande, ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a calentar.
Añadimos el ajo laminado y rehogamos hasta que se empiece a dorar.
Retiramos del fuego y ponemos el pimentón, mezclado bien, así evitamos que se queme.
Enseguida, agregamos los garbanzos junto con las espinacas y el comino.
Rehogamos un minuto hasta que tomen color y añadimos el vaso de agua que habíamos reservado.
Ponemos la quinoa, sal al gusto y dejamos cocinar, un minuto aproximadamente sin dejar de remover, para que se integre todo.
Servimos caliente.
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