Si buscas una comida casera y deliciosa, esta receta de pollo al ajillo es perfecta para ti.
El pollo al ajillo es una de esas recetas tradicionales que nunca pasan de moda. Con pocos ingredientes y un proceso sencillo, se consigue un plato lleno de sabor que conquista a todos.
La clave de una buena receta de pollo al ajillo está en el equilibrio entre el ajo, el aceite de oliva y el toque justo de vino blanco.
Cada bocado es una explosión de aromas que nos transporta a la cocina de nuestras abuelas, donde los platos se hacían con mimo y sin prisas.
Esta receta destaca por su sencillez y rapidez, ideal para cualquier ocasión. No necesitas ser un experto en cocina para prepararla, solo seguir unos pasos básicos y elegir ingredientes de calidad. Con esta receta de pollo al ajillo, sorprenderás a todos en la mesa.
El ajo, protagonista indiscutible, aporta un aroma inconfundible y un sabor potente que realza la jugosidad del pollo. Además, el aceite de oliva y el vino blanco crean una salsa irresistible que invita a mojar pan.
Lo mejor de esta receta de pollo al ajillo es su versatilidad. Puedes acompañarla con arroz, patatas o una ensalada fresca para equilibrar el plato. Sea como sea, siempre será una apuesta segura.
Si buscas un plato tradicional, económico y delicioso, esta receta no puede faltar en tu repertorio. Perfecta para el día a día o para sorprender en una comida especial sin complicaciones.
Anímate a preparar esta deliciosa receta y disfruta de un plato con historia, sabor y mucha tradición.
INGREDIENTES
- 1 pollo troceado
- 6 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharadita de romero
- 1 cucharadita de orégano
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 hoja de laurel
- 1 guindilla (opcional, para un toque picante)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE POLLO AL AJILLO
Pela y corta los dientes de ajo en láminas finas.
En una sartén grande, calienta un buen chorro de aceite de oliva y dora los ajos junto con la guindilla si la estás usando.
Cuando los ajos estén dorados, añade el pollo troceado y sofríelo a fuego medio-alto hasta que se dore por todos lados.
Incorpora el tomillo, romero, orégano y la hoja de laurel, removiendo bien para que el pollo se impregne de los aromas.
Vierte el vaso de vino blanco y deja cocinar a fuego medio hasta que el alcohol se evapore y el líquido reduzca ligeramente.
Rectifica la sazón con sal y pimienta al gusto, tapa la sartén y deja cocinar a fuego lento hasta que el pollo esté bien tierno y la salsa haya espesado.
Sirve caliente acompañado de pan crujiente o una guarnición de tu elección.
¡Disfruta de este delicioso pollo al ajillo con vino blanco y hierbas aromáticas, lleno de sabor y tradición!