Esta receta de conejo al ajillo, es muy fácil de hacer, no tiene ninguna dificultad y con los consejos de la abuela María, nos quedará una carne, tierna y sabrosa que gustará a todos los miembros de la familia.
Troceamos nuestro conejo, aunque lo mejor es pedirle al carnicero, que nos lo de ya troceado.
Salpimentamos cada pieza de conejo y dejamos reposar, hasta que esté a temperatura ambiente.
Por último, pasaremos cada presa por harina.
En una sartén grande, ponemos aceite hasta cubrir toda la base.
Una vez que el aceite esté bien caliente, sellaremos los trozos de conejo por todos sus lados.
Cuando estén, sacamos de la sartén y vamos a reservar.
Los ajos, dejaremos enteros y con piel los más pequeños y picamos los más grandes.
Vamos a sofreír en el mismo aceite, a fuego medio, hasta que se empiecen a dorar.
Volveremos a poner los trozos de conejo, ahora junto al ajo y añadimos el vino blanco.
Subimos el fuego y cocinamos hasta que se evapore el alcohol.
Damos la vuelta a los trozos de conejo y seguimos cocinando, hasta que el vino se consuma por completo.
Decoramos con perejil fresco muy picado y servimos caliente.