ROSQUILLAS FRITAS CON LICOR RECETA DE LA ABUELA
Descubre cómo hacer rosquillas fritas con licor receta de la abuela, esponjosas y deliciosas. Una receta tradicional fácil para disfrutar en casa.
Una receta tradicional fácil para disfrutar en casa y perfecta para quienes aman la repostería casera con sabor a recuerdos.
Si hay un dulce que nunca pasa de moda, esas son las rosquillas fritas con licor receta de la abuela. Su aroma invade la cocina, despertando recuerdos de tardes en familia y meriendas inolvidables. Prepararlas es más que cocinar: es revivir historias, olores y gestos que nos conectan con nuestras raíces.
Crujientes por fuera, tiernas por dentro y con ese toque especial que las hace únicas, las rosquillas son ese tipo de dulce que nunca falla. Con cada bocado, se deshace una parte de la rutina para dar paso al placer simple de lo bien hecho.
A lo largo de los años, cada casa ha tenido su propia versión, pero siempre con el mismo encanto. Un toque de licor, una fritura en su punto y el sabor inconfundible de la tradición. Hay quien les añade anís, otros prefieren un licor de naranja. Y aunque cambien pequeños matices, el resultado es siempre reconfortante.
No importa la ocasión, siempre es buen momento para disfrutar de un bocado casero y auténtico. En fiestas, reuniones familiares o una tarde cualquiera, las rosquillas siempre sacan una sonrisa. Incluso preparar la receta se convierte en una excusa para compartir tiempo en la cocina.
Además, hacerlas en casa tiene algo mágico. Desde el primer amasado hasta el último rosco dorado, cada paso es un placer. No hace falta ser chef ni tener utensilios sofisticados. Solo ingredientes de toda la vida y ganas de ensuciarse un poco las manos.
Y lo mejor es que no necesitas ser un experto en repostería para conseguir un resultado espectacular. Solo ganas de disfrutar y seguir unos sencillos trucos. Con un poco de mimo, te saldrán unas rosquillas perfectas que harán que todos quieran repetir.
Si alguna vez has probado unas buenas rosquillas fritas con licor, sabrás que no hay comparación con las industriales. Nada como ese sabor casero, con ingredientes de siempre y el cariño puesto en cada detalle. Una receta de la abuela que pasa de generación en generación, manteniendo viva la esencia de lo auténtico.
Así que, si quieres revivir esos sabores de la infancia o sorprender a los tuyos, esta es la oportunidad perfecta. Hazlas para regalar, para una sobremesa especial o simplemente para tener un capricho dulce a mano.
En poco tiempo tendrás unas rosquillas doradas, aromáticas y llenas de historia. ¿Te animas a prepararlas?
INGREDIENTES DE LA RECETA DE ROSQUILLAS FRITAS CON LICOR
- 3 huevos
- 100 g de azúcar
- 100 ml de leche
- 100 ml de licor de naranja o ron (Es muy típico también hacerlas con anís)
- 100 ml de aceite de oliva suave
- Ralladura de 1 limón o naranja
- 1 sobre de levadura química (16 g)
- 500 g de harina (aproximadamente)
- Aceite para freír (girasol o suave de oliva)
- Azúcar para rebozar (opcional)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE ROSQUILLAS FRITAS CON LICOR
En un bol grande, bate los huevos junto con el azúcar hasta que la mezcla blanquee ligeramente. Luego, incorpora la leche, el licor y el aceite de oliva, mezclando bien. Añade la ralladura de limón o naranja para potenciar el aroma.
Tamiza la harina junto con la levadura y agrégala poco a poco a la mezcla líquida. Remueve con una espátula o una cuchara de madera hasta que la masa empiece a coger cuerpo. Luego, amasa con las manos hasta obtener una masa homogénea y ligeramente pegajosa.
Engrasa ligeramente tus manos con un poco de aceite para que la masa no se pegue. Coge porciones pequeñas, haz bolitas y forma los roscos presionando en el centro con los dedos.
Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. Es importante que el aceite no esté demasiado caliente para que no se quemen por fuera y queden crudos por dentro. Fríe los roscos en tandas, dándoles la vuelta hasta que estén dorados.
Sácalos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Si te gusta el acabado clásico, pásalos por azúcar cuando aún estén templados.
Si prefieres un glaseado, mezcla azúcar glas con un poco de zumo de naranja y baña los roscos.
💡 CONSEJOS FINALES
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Controla la temperatura del aceite: Si está demasiado caliente, los roscos se dorarán rápido por fuera y quedarán crudos por dentro.
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Amasa con suavidad: Si la masa está demasiado dura, añade un poco más de leche o licor hasta que quede manejable.
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Déjalos enfriar bien: Ganarán en textura y sabor después de reposar unas horas.