RECETA DE TORRIJAS DE LECHE CONDENSADA
Si hay un dulce que evoca infancia, tradición y ese olor inconfundible a cocina familiar, son las torrijas. Pero hoy no hablaremos de las típicas, sino de una versión aún más golosa y cremosa: la receta de torrijas de leche condensada.
A veces, un pequeño cambio en los ingredientes transforma un clásico en una experiencia totalmente nueva. En este caso, la leche condensada aporta una textura más suave, un dulzor natural y un sabor que engancha desde el primer bocado. Ideal para quienes buscan algo distinto sin renunciar a lo auténtico.
Además, no hace falta ser ningún experto para prepararlas. Con unos pasos sencillos y un poco de cariño, cualquiera puede conseguir un resultado de escándalo.
Y lo mejor es que no necesitas herramientas raras ni ingredientes imposibles.
Ya sea en Semana Santa o en cualquier momento del año, estas torrijas son perfectas para sorprender en casa.
Incluso pueden convertirse en tu nuevo postre estrella si las acompañas con un toque creativo como miel, fruta o helado.
Así que si te pica la curiosidad y quieres probar algo especial, quédate por aquí. La receta de torrijas de leche condensada te va a conquistar desde el primer vistazo… y aún más cuando las pruebes.
INGREDIENTES DE LA RECETA DE TORRIJAS DE LECHE CONDENSADA
(para unas 8 torrijas):
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1 barra de pan del día anterior (mejor si es pan especial para torrijas o pan brioche)
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400 ml de leche entera
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200 ml de leche condensada
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2 huevos
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1 rama de canela
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Piel de 1 limón o de naranja (al gusto)
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Aceite de oliva suave o de girasol para freír
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Azúcar y canela en polvo para rebozar
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE TORRIJAS DE LECHE CONDENSADA
Primero, corta el pan en rebanadas gruesas de unos 2-3 cm. Intenta que todas sean del mismo tamaño para que se empapen por igual.
A continuación, en un cazo, vierte la leche entera junto con la leche condensada. Añade la rama de canela y la piel del limón. Lleva a ebullición suave, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.
Cuando empiece a hervir, retira del fuego y deja que infusione durante 10 minutos. Así cogerá bien el aroma.
Después, cuela la mezcla para quitar la piel del limón y la canela, y vierte en un bol amplio.
Ahora, coloca las rebanadas de pan en una fuente y vierte encima la leche infusionada. Deja que el pan se empape bien, pero sin que se deshaga. Unos 5 minutos por cada lado suelen ser suficientes. Si el pan es muy compacto, déjalas un poquito más.
Mientras tanto, bate los huevos en un plato hondo.
Luego, pasa cada rebanada por el huevo batido con cuidado, y ve reservándolas en un plato.
En paralelo, pon a calentar abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto.
Cuando el aceite esté caliente, fríe las torrijas por tandas, dorándolas bien por ambos lados. Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Por último, mezcla azúcar y canela en un plato, y reboza las torrijas aún calientes en esta mezcla.
😋 CONSEJSO FINALES
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Si quieres que queden más jugosas, deja que el pan repose en la leche más tiempo, pero con cuidado de que no se rompa.
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Puedes sustituir la leche entera por bebida vegetal, y la leche condensada por su versión light o sin azúcar si quieres algo más ligero.
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Están deliciosas tanto calientes como frías, y al día siguiente incluso más buenas.
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Acompáñalas con un poco de miel, sirope o incluso una bola de helado de vainilla para un postre redondo.
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