Cheesecake de arándanos receta casera: el postre cremoso

Dicen que las recetas con alma se notan desde el primer bocado, y este cheesecake de arándanos es una de esas joyas que no fallan nunca.
Yo, la abuela María, lo preparo desde hace años en casa, y cada vez que lo sirvo, las sonrisas se repiten como si fuera la primera vez. Su textura suave, su sabor delicado y ese toque frutal de los arándanos lo convierten en el postre perfecto para cualquier ocasión.
Lo que más me gusta de esta receta es que no necesita horno, así que incluso los menos expertos pueden prepararla sin miedo. Es ideal para esos días calurosos en los que no apetece encender nada, pero sí disfrutar de un postre fresco y delicioso.
Además, combina lo mejor de tres mundos: la base crujiente de galleta, el relleno cremoso de queso y la capa brillante de mermelada de arándanos que parece una joya sobre la tarta.
Este cheesecake tiene algo especial: es fácil, elegante y siempre sorprende. Puedes hacerlo para una comida familiar, un cumpleaños o una cena especial, y te aseguro que todos te pedirán la receta. Su sabor es equilibrado, ni demasiado dulce ni pesado, y su textura cremosa se deshace suavemente en la boca.
Otro detalle que lo hace irresistible es su presentación. Con unos pocos arándanos frescos por encima y un toque de menta, parece sacado de una pastelería de lujo. Pero lo mejor de todo es que está hecho con cariño, con ingredientes sencillos y con esa paciencia que toda buena receta casera requiere.
Así que ponte el delantal, prepara tu molde y déjate llevar por el encanto de este cheesecake de arándanos receta casera, un postre que enamora a grandes y pequeños por igual.
Cheesecake de arándanos receta casera: el postre cremoso
Descubre cómo preparar un delicioso cheesecake de arándanos receta casera, sin horno, fácil y con una base crujiente de galleta.
Ingredientes de la receta
Para la base de galleta:
- 200 g de galletas tipo María o Digestive
- 100 g de mantequilla derretida
Para el relleno de queso:
- 500 g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 200 ml de nata para montar (crema de leche)
- 100 g de azúcar
- 8 g de gelatina neutra en polvo o 4 hojas de gelatina
- 2 cucharadas de leche (para disolver la gelatina)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
La cobertura:
- 200 g de mermelada de arándanos
- 2 g de gelatina neutra (opcional, para darle más firmeza)
Tiempo de preparación total: 25 minutos + 6 horas de refrigeración
Preparación paso a paso del cheesecake de arándanos
Primero, tritura las galletas hasta que queden como arena fina. Puedes usar un procesador o hacerlo con un rodillo dentro de una bolsa.
Mezcla las migas con la mantequilla derretida hasta obtener una textura uniforme. Luego, vierte la mezcla en el fondo de un molde desmontable (unos 20 cm) y presiona bien. Guarda en el frigorífico durante al menos 30 minutos.
Mientras tanto, hidrata la gelatina en agua fría si usas hojas, o disuélvela en las 2 cucharadas de leche caliente si es en polvo.
En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar hasta obtener una textura suave. Añade la nata y la vainilla, batiendo despacio hasta que todo quede cremoso.
Calienta la leche con la gelatina disuelta sin dejar que hierva y mézclala con el batido de queso y nata. Remueve constantemente para evitar grumos.
Vierte el relleno sobre la base de galleta y alisa bien la superficie. Refrigera de 4 a 6 horas, hasta que esté firme.
Para la cobertura, calienta la mermelada de arándanos y, si deseas más firmeza, añade la gelatina disuelta en una cucharada de agua caliente. Deja que temple antes de extenderla sobre el cheesecake.
Refrigera al menos una hora más antes de desmoldar. Sirve frío y, si quieres, decora con arándanos frescos o unas hojitas de menta.
Consejos de la abuela para que tu cheesecake de arándanos quede perfecto
No batas en exceso la mezcla de queso para evitar que entre demasiado aire. Así quedará más firme y sin grietas.
Deja enfriar cada capa antes de añadir la siguiente, especialmente la cobertura, para evitar que se mezclen.
Usa un molde desmontable, te facilitará mucho el desmoldado sin romper la tarta.
Y, sobre todo, ten paciencia con el frío: el secreto de un buen cheesecake está en su reposo.
Variantes de la receta
Puedes cambiar la mermelada de arándanos por mermelada de fresa, mermelada de piña, de naranja o i e incluso mermelada de membrillo, si quieres variar el sabor.
También puedes hacer una versión más ligera usando yogur griego en lugar de parte del queso crema.
Y si te gusta el toque cítrico, añade unas gotas de limón al relleno para realzar el sabor.
Con qué acompañar el cheesecake de arándanos
Este postre combina de maravilla con café recién hecho con crema de café, un té suave o incluso una copita de vino dulce.
Si lo sirves tras una comida tradicional, acompáñalo con frutas frescas para aligerarlo.
Cómo conservar el cheesecake de arándanos
Guarda tu cheesecake de arándanos receta casera en la nevera, bien tapado con film, hasta 5 días.
También puedes congelarlo sin la cobertura, y añadirla una vez descongelado.
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