Una de las maneras más fáciles y rápidas de preparar un tomate si tenemos mucha prisa, pero además queremos que todos queden encantados, como decía la abuela, para mojar pan y fresquito para el verano.
Lavamos y troceamos un tomate bien frio según nuestro agrado y lo colocamos en una fuente o plato grande.
Espolvoreamos con el ajo y perejil deshidratado.
Ponemos sal al gusto y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Servir bien frío.