Esta bechamel casera o también llamada salsa blanca, es fundamental en nuestra cocina, porque se usa para múltiples preparaciones, sin duda es una de esas recetas, que todo amante de la cocina debe conocer.
En una sartén grande derretimos la mantequilla a fuego medio.
Agregamos la pimienta y nuez moscada y sofreímos junto a la mantequilla.
Añadimos la harina y mezclamos bien hasta integrar.
Vamos a cocinar la harina para que pierda el sabor a crudo.
Hay muchas formas de hacer esta salsa, pero vamos a ver la que yo creo que es la más sencilla y con el mejor resultado.
Sin duda, la práctica te hará un verdadero maestro, en esto de la cocina es muy importante observar que pasa, según lo que hacemos y ser autodidacta.
Con estas medidas deberíamos obtener una especie de masa cremosa.
Bajamos el fuego al mínimo, 1 o 2 sobre 9 de nuestra cocina.
Dejamos un tiempo para que se enfríe nuestra sartén y agregamos un poco de leche sin dejar de mezclar.
Cuando se integren, volveremos a poner un poco más de leche y repetimos la operación hasta que tengamos toda la leche bien integrada.
Ponemos sal al gusto.
Subimos un poco la potencia de nuestro fuego, seguimos cocinando, hasta espesar, sin parar de remover y apartamos del fuego.
De esta manera, conseguimos una salsa bechamel o salsa blanca, cremosa y sin grumos.
Ya podemos usar nuestra salsa, para completar alguna otra preparación, como lasaña, por ejemplo, antes de que se enfríe.