Albóndigas de pollo receta de la abuela: tiernas y jugosas

Albóndigas de pollo receta de la abuela: tiernas y jugosas

Prepara unas irresistibles albóndigas de pollo en salsa con esta receta de la abuela, un plato tradicional lleno de sabor y recuerdos familiares.

Estas albóndigas, tiernas y jugosas, se cocinan en una deliciosa salsa casera junto con patatas guisadas, creando un guiso reconfortante perfecto para cualquier ocasión.

Siguiendo esta receta fácil y detallada, aprenderás a combinar ingredientes frescos y técnicas simples para lograr un resultado espectacular.

Las albóndigas de pollo receta de la abuela son ideales para disfrutar en comidas en familia, con el auténtico toque de la cocina casera que siempre triunfa. No te pierdas esta receta que combina tradición y sabor.

Albóndigas de pollo receta de la abuela: tiernas y jugosas

Descubre cómo hacer albóndigas de pollo receta de la abuela, tiernas y guisadas con patatas en una salsa deliciosa.

Ingredientes de la receta

(para 4 personas):

Para las albóndigas:
  • 500 g de carne picada de pollo
  • 1 diente de ajo, picado
  • Perejil fresco, picado (al gusto)
  • 1 huevo
  • 3 cucharadas de pan rallado
  • Sal y pimienta al gusto
  • Harina (para rebozar las albóndigas)
  • Aceite de oliva (para freír)
El guiso:
  • 1 cebolla grande, picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 1 zanahoria, picada en cubos pequeños
  • 1 pimiento verde, picado
  • 2 tomates maduros, rallados (o 200 g de tomate triturado)
  • 1 hoja de laurel
  • 4 patatas medianas, cortadas en trozos medianos (tipo “cachelos”)
  • 1 vaso de caldo de pollo (o agua con una pastilla de caldo)
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • Sal y pimienta al gusto
  • Aceite de oliva
  • Perejil fresco para decorar (opcional)

Tiempo de elaboración:

1 hora y 10 minutos

  • Preparación: 25 minutos

  • Cocinado: 45 minutos

Preparación de la receta de albóndigas de pollo

Mezcla en un bol la carne de pollo, ajo, perejil, huevo, pan rallado, sal y pimienta. Amasa hasta que todo esté bien integrado.

Forma albóndigas pequeñas con las manos. Pásalas ligeramente por harina y sacude el exceso.

En una sartén con aceite caliente, dora las albóndigas ligeramente. No hace falta que se cocinen del todo. Reserva en un plato.

En una cazuela amplia, calienta un poco de aceite y sofríe la cebolla, el ajo, la zanahoria y el pimiento durante 5-7 minutos, hasta que estén tiernos.

Añade el tomate rallado y cocina 5 minutos más hasta que el sofrito espese.

Incorpora el vino blanco y deja que reduzca el alcohol durante 2-3 minutos.

Añade las patatas troceadas al sofrito y mezcla bien para que se impregnen de sabor.

Vierte el caldo de pollo, añade la hoja de laurel y salpimienta al gusto. Cocina a fuego medio durante 10 minutos con la cazuela semi-tapada.

Agrega las albóndigas a la cazuela con las patatas. Si es necesario, añade un poco más de caldo o agua para que queden casi cubiertas.

Cocina a fuego lento durante 20-25 minutos, removiendo con cuidado de vez en cuando para que no se peguen, hasta que las patatas estén tiernas y la salsa haya espesado ligeramente.

Prueba la salsa y ajusta la sal si es necesario.

Sirve las albóndigas calientes con las patatas guisadas, espolvoreando perejil fresco picado por encima si lo deseas.

Consejos de la abuela para que las albóndigas de pollo queden perfectas

Usa carne picada de pollo fresca, no de bandeja industrial. Si la pides al carnicero, quedarán más jugosas.

Amasa lo justo, sin sobremezclar. Si las trabajas demasiado, las albóndigas se pondrán duras.

Déjalas reposar unos minutos antes de freír, para que el pan rallado absorba el huevo y mantengan su forma.

Fríelas a fuego medio, no alto, para que se doren sin resecarse. Solo hay que sellarlas, el guiso terminará la cocción.

El sofrito es el alma del plato: tómate tu tiempo con la cebolla, el ajo y el tomate hasta que esté todo bien pochadito y con olor dulce.

No te olvides del vino blanco, le da un toque de sabor y aroma que realza toda la salsa.

Deja reposar el guiso unos minutos antes de servir, así las albóndigas se asientan y la salsa espesa un poco más.

Con qué acompañar las albóndigas de pollo

Clásico casero: un buen trozo de pan casero para mojar en la salsa.

Más completo: una ensalada verde o de tomate aliñado.

Para los más pequeños: sírvelas con arroz blanco o puré de patatas.

Toque gourmet: acompáñalas con un vino blanco suave o una cerveza artesanal ligera.

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Nombre de la Receta
Albóndigas de pollo receta de la abuela: tiernas y jugosas
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Fecha de Publicación
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