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Descubre cómo hacer la receta de tarta de queso cremosa al horno, fácil, suave y con un toque irresistible.

RECETA DE TARTA DE QUESO CREMOSA Y SUAVE

    Descubre la receta de tarta de queso cremosa, un postre irresistible que combina suavidad y sabor en cada bocado.

    Esta tarta se prepara al horno para obtener una textura perfecta, cremosa y delicada, con un tono amarillo que la hace aún más especial.

    Ideal para cualquier ocasión, puedes decora con sirope de fresa y acompañar de nata montada, creando un contraste de sabores y colores espectacular.

    Sigue nuestra receta de tarta de queso cremosa paso a paso y sorprende a todos con un postre casero que hará que quieran repetir. Perfecta para disfrutar en familia o con amigos.

    INGREDIENTES DE LA RECETA

    Para la tarta:

    • 500 g de queso crema (tipo Philadelphia).
    • 200 g de queso mascarpone o queso fresco batido.
    • 200 ml de nata líquida para montar (35% de grasa).
    • 3 huevos L.
    • 150 g de azúcar.
    • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional).
    • 1 cucharada de harina (15 g).

    Para decorar:

    • Sirope de fresa (puedes usar mermelada de fresa calentada con un poco de agua).
    • Nata montada.

    PREPARACIÓN DE LA RECETA DE TARTA DE QUESO CREMOSA

    Precalienta el horno a 200 °C (calor arriba y abajo).

    En un bol grande, mezcla el queso crema con el mascarpone hasta que estén bien integrados.

    Añade el azúcar y bate hasta obtener una crema suave.

    Incorpora los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada incorporación.

    Agrega la nata líquida y la vainilla, y mezcla de nuevo.

    Por último, tamiza la harina y mézclala con movimientos suaves para evitar grumos.

    Forra un molde redondo (unos 20 cm de diámetro) con papel de horno. Vierte la mezcla en el molde.

    Hornea durante 30-35 minutos. La tarta debe quedar cuajada por los bordes pero temblorosa en el centro.

    Apaga el horno y deja la tarta dentro con la puerta entreabierta durante 10-15 minutos para que no se agriete.

    Una vez que la tarta esté a temperatura ambiente, métela en la nevera durante al menos 4 horas (mejor si es de un día para otro).

    Corta la tarta en porciones y decora cada una con sirope de fresa.

    Acompaña con una cucharada generosa de nata montada al lado.

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