Receta de cómo hacer salsa bechamel casera

CÓMO HACER SALSA BECHAMEL

Hoy te enseñamos cómo hacer salsa bechamel, una de esas recetas base imprescindibles que nunca pueden faltar en tu recetario.

Esta salsa blanca, suave y cremosa, es clave en platos como lasañas, croquetas, canelones o verduras gratinadas.

Aprender cómo hacer salsa bechamel de forma casera no solo te va a permitir mejorar tus platos, sino también personalizarlos a tu gusto: más espesa, más ligera, con un toque de nuez moscada o con queso. Y lo mejor, con ingredientes básicos que siempre tienes en casa: mantequilla, harina y leche.

Es una receta muy fácil si sigues los pasos con calma, sin dejar de remover y cuidando los tiempos. El truco está en cocinar bien la harina para evitar que sepa a crudo y añadir la leche poco a poco para evitar grumos.

Con la receta de la abuela María, te quedará una bechamel perfecta, sin complicaciones, y lista para hacer tus platos más sabrosos. ¡Una vez que aprendas, ya no volverás a comprarla hecha!

INGREDIENTES DE LA RECETA CÓMO HACER SALSA BECHAMEL

  • 750 ml de leche entera
  • 3 cucharadas de harina
  • 3 cucharadas de mantequilla
  • Pimienta blanca molida
  • Nuez moscada
  • Sal

PREPARACIÓN DE LA RECETA CÓMO HACER SALSA BECHAMEL

Primero en una sartén grande derretimos la mantequilla a fuego medio.

Seguidamente agregamos la pimienta y nuez moscada y sofreímos junto a la mantequilla.

Después añadimos la harina y mezclamos bien hasta integrar.

Vamos a cocinar la harina para que pierda el sabor a crudo.

Hay muchas formas de hacer esta salsa, pero vamos a ver la que yo creo que es la más sencilla y con el mejor resultado.

Sin duda, la práctica te hará un verdadero maestro, en esto de la cocina es muy importante observar que pasa, según lo que hacemos y ser autodidacta.

Con estas medidas deberíamos obtener una especie de masa cremosa.

Bajamos el fuego al mínimo, 1 o 2 sobre 9 de nuestra cocina.

Dejamos un tiempo para que se enfríe nuestra sartén y agregamos un poco de leche sin dejar de mezclar.

Cuando se integren, volveremos a poner un poco más de leche y repetimos la operación hasta que tengamos toda la leche bien integrada.

Ponemos sal al gusto.

Subimos un poco la potencia de nuestro fuego, seguimos cocinando, hasta espesar, sin parar de remover y apartamos del fuego.

De esta manera, conseguimos una salsa bechamel o salsa blanca, cremosa y sin grumos.

Ya podemos usar nuestra salsa, para completar alguna otra preparación, como lasaña, por ejemplo, antes de que se enfríe.


💡 CONSEJOS FINALES

Cocina la harina un par de minutos antes de añadir la leche

Usa leche templada para facilitar la mezcla

Remueve constantemente con varillas para evitar grumos

Añade nuez moscada y sal al final, al gusto

¿Dónde usarla?


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